Esta fruta los Masones la adoptamos como el símbolo de la abundancia, para el cual se adecúa perfectamente, por su fruto abultado y repleto de semillas. C.W. Leadbeater, en La vida oculta, cuando hace referencia a las columnas que se encuentra a la entrada del Templo de Salomón, expresa que debajo del capitel de las mismas, había una cubierta con una red cuyos extremos inferiores se enlazan con una especie de orla de la que penden numerosas esferillas. La Biblia nos dice inequívocamente que estas esferillas representaban granadas y que había doscientas en cada columna”.