Trazado de Isidro Toro Pampols .·.
La Asociación Católica de la Juventud Mexicana es una formación fundada en la Ciudad de México el 12 de agosto de 1913 por el sacerdote jesuita Bernardo Bergöend, con el fin de organizar a los jóvenes católicos para defender los privilegios de la iglesia católica que estaban amenazados por el avance social establecido en el entramado jurídico producto de la Revolución mexicana.
La Asociación estaba organizada en todo el territorio nacional, celebrando el primer Consejo Federal en 1922.
El proceso laicidad avanzaba en México y para el año 1926 se promulga Ley de Tolerancia de Cultos, la llamada Ley Calles.
Oficialmente fue una ley cuyo fin era controlar y limitar el culto católico en México. Esta fue elaborada durante el mandato del presidente Plutarco Elías Calles quien, como todos los presidentes del país que habían luchado durante la Revolución, eran miembros de la Orden masónica.
El gobierno de Plutarco Elías Calles fue uno de los más radicales y, como ejemplo, en 1925 promovió la creación de la Iglesia católica apostólica mexicana, una iglesia independiente de la autoridad de Roma y del papa, declarando patriarca de esta a José Joaquín Pérez Budar.
Ese mismo año, y como respuesta a las presiones del gobierno contra la iglesia, se fundó la Liga Nacional para la Defensa de las Libertades Religiosas, por supuesto también con objetivos antimasónicos.
La tensión entre el gobierno del presidente Calles y la Iglesia católica fue aumentando.
El 24 de julio de 1926 el propio papa Pio XI interviene pidiendo la suspensión del culto religioso, o sea, una huelga de sacerdotes impidiendo la celebración de misas. Algo muy singular.
Escalando en las medidas, la iglesia pidió a los feligreses no pagar los impuestos al gobierno.
De su lado el gobierno detenía a sacerdotes que instigaban acciones como las señaladas.
Finalmente, el episcopado promovió la llamada guerra cristera que fue un enfrentamiento militar se prolongó durante tres años, desde el 3 de agosto de 1926 al 21 de junio de 1929, entre el Gobierno y milicias de religiosos católicos que se resistían a la aplicación de la llamada Ley Calles.
Ya con el nuevo presidente Portes Gil y con la mediación de potencias extranjeras, se inició un periodo que definió por un modus vivendi donde no se aplicaba la ley y la iglesia se sometía a lo establecido en la Constitución la cual era de espíritu laico.
Es importante señalar que la Asociación Católica de la Juventud Mexicana se ha mantenido en el tiempo, su organización cubre el territorio nacional y, aunque no participa en actividades como las relatadas durante las guerras cristeras, no deja de ser un centro de difusión de ideas antimasónicas en un país como México, donde la masonería está muy arraigada y goza de prestigio en la sociedad.
Foto fuente externa
No hay comentarios:
Publicar un comentario