Juan Carlos Daza, afirma en el Diccionario de la Francmasonería, que el aire es “uno de los elementos simbólicos por excelencia de la Francmasonería; corresponde al movimiento, a la respiración que alimenta la vida, al Oriente, a lo masculino y positivo, a la intelectualidad y filosofía, etc; representado en una de las caras de la piedra cúbica de punta monolítica.