El Altar o Ara, según expresa el hermano Ramón Romero, en el Manual Práctico y Filosófico del Aprendiz Masón, “es el sitio donde se ofrecen a Dios los sacrificios. Es allí donde el Masón ofrece en holocausto, el sacrifico de sus pasiones y donde el hombre presta acatamiento a las leyes del Supremo Hacedor. Los actos más formales o solemnes, tales como juramentos, consagraciones, afiliación, regularización y muchos otros se realizan frente al Ara”.