Aldo Lavagnini, en El manual del Aprendiz, nos instruye sobre los guantes blancos, informándonos que son un símbolo evidente de la pureza de las intenciones que debe siempre observar el masón en sus acciones, hacer el Bien por el Bien mismo, esforzándose en toda actividad o trabajo, haciendo lo mejor que pueda para la Gloria del Gran Arquitecto, o sea la expresión de lo Divino, en vez de dejarse guiar por las consideraciones de conveniencia y utilidad material o mirar principalmente el fruto o beneficio directo de la acción, como lo enfatiza.