La Masonería dominicana recordó y honró la histórica fecha del 16 de agosto de 1863 en que, ante el hecho político del control gubernativo del Reino de España sobre el territorio dominicano, un grupo de 14 hombres bajo el liderazgo de Santiago Rodríguez hizo una audaz incursión en el cerro de Capotillo hoy provincia de Dajabón, e izaron el pabellón dominicano.
Esta acción, conocida como el Grito de Capotillo, fue el comienzo de la Guerra de Restauración.
Entre los integrantes se encontraban Benito Monción, Juan Antonio Polanco, hermano mayor del general Gaspar Polanco, y Pedro Antonio Pimentel, entre otros.
Al patriota Gregorio Luperón le tocó tomar iniciativas en Moca y La Vega valiéndose de su rango de general.
Luperón, así como otros patriotas era iniciado en la Orden masónica.
Entre las causas que llevaron a los rebeldes a combatir la anexión figuraba el miedo de volver a la esclavitud, la requisa de los animales de los campesinos para cargar el bagaje de los militares realistas, la oposición a amortizar el papel moneda a los comerciantes de forma incondicional, las intromisiones del arzobispo en las uniones concubinarias y sus ataques a la masonería, así como los nuevos impuestos.
Ante el Panteón de la Patria la Masonería Dominicana presentó sus respeto y reconocimiento a los héroes que hicieron posible la autodeterminación del pueblo y el libre ejercicio de la construcción de su futuro.
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