martes, 24 de septiembre de 2024

Glosario: Recibir la Luz

 


En Masonería significa ser iniciado.

En hebreo Zohar significa "esplendor" y es uno de los libros centrales de la corriente cabalística.

La Luz es Identificada, tradicionalmente, con el espíritu. La superioridad de éste, afirman reconocidos investigadores del hermetismo, se reconoce inmediatamente por su intensidad luminosa.

La luz es la manifestación de la moralidad, de la intelectualidad y de las siete virtudes. Su color blanco alude precisamente a esa síntesis de totalidad. La luz de un color determinado corresponde al simbolismo del precitado color, más el sentido de emanación. Pues la luz es también fuerza creadora, energía cósmica, irradiación. La iluminación corresponde, en lo situacional, a Oriente. Psicológicamente, recibir la iluminación es adquirir la conciencia de un centro de luz y, en consecuencia, de fuerza espiritual.

La llama y la luz tienen ciertos contactos significativos. Según autores (Bachelard, Gastón: Le Psychanalyse du Feu, Paris, 1938), la llama simboliza la trascendencia en sí, y la luz, su efecto sobre lo circundante. Y agrega: «más bien el alquimista atribuyó valor al oro por ser un receptáculo del fuego elemental (el sol); la quintaesencia del oro es toda fuego. Los griegos representaron el espíritu como un soplo de aire incandescente».

La Luz, es el emblema de todas las virtudes y el símbolo del Gran Arquitecto Del Universo. Esta palabra tiene diversos significados, especialmente cuando nos referimos a ella en sentido figurado; puesto que se relaciona o revela infinidad de ideas y pensamientos que resultan fundamentalmente de la interpretación emblemática o simbólica que se les atribuye. 

Aldo Lavagnini, establece que “el objeto interior, iniciático y filosófico hacia el cual converge todo simbolismo masónico, puede resumirse en las palabras búsqueda o revelación de la luz”.  

De allí que podemos afirmar que el profano se considera simbólicamente masón cuando logra percibir la Luz que proviene del Oriente, y que a partir de ese momento deberá orientar y ordenar de manera constructiva todas sus acciones, no sólo en el mundo interno de la Orden, sino también en el mundo profano.

Esa luz deberá ser la guía en todos sus pasos, haciendo de él un hombre lleno de virtudes, pues la posibilidad de verla en todo su esplendor, en el momento trascendental de su iniciación y el hecho de que esta pueda incorporarse en su sentimiento, constituye el verdadero objeto de este acto.

Según   nos explica Federico Landaeta en su obra La Masonería Dinámica “El masón que haya ingresado a la Masonería impulsado por ese anhelo de superación espiritual y persevere en la práctica de sus enseñanzas, con toda seguridad logrará ver la LUZ que iluminará su camino hacia el Gran Arquitecto del Universo; pero el que llegó a ella con fines egoístas o con miras puramente sociales o comerciales, difícilmente vislumbrará la verdadera luz, aunque de ella hable locuazmente”.  Y enfatiza este escritor, expresando que “La Luz es la energía omnipresente que inteligentemente mantiene cada cosa en su sitio...es la Conciencia Divina que ha creado todo lo que conocemos, así como lo que escapa a los sentidos físicos de las personas comunes y corrientes, pero no el sabio virtuoso que ha logrado penetrar el misterio de la vida. Los Masones saben que la Luz viene del Oriente...pero no solamente del horizonte oriental ni únicamente del Oriente de la Logia, sino del Centro de la Luz que todos y cada uno de los humanos lleva en su interior”.  

La Luz es un símbolo fundamental de la Francmasonería y sin lugar a duda, podemos afirmar que es el principio de mayor relevancia que se expone al neófito en el momento de su iniciación. Es el símbolo de la verdad y del saber, pues no es solo la luz material que desvanece la oscuridad, sino que va más hacia la iluminación de su comprensión, con el fin de hacerle conocer los incomparables postulados de la moral, de la filosofía y del conocimiento.  Es por esta razón que podemos afirmar que cuando el Candidato pide la Luz, no se refiere a la Luz material que rechaza las tinieblas, sino más bien la luz intelectual que disipa la oscuridad del pensamiento y de la ignorancia. El Masón debe tener presente en todo momento la circunstancia en que recibe la Luz, al tercer golpe de mallete en momentos en que el Venerable Maestro le indica que no se trata solamente de una luz material, sino que es más bien una Luz pura y radiante que esclarece el espíritu y da expansión al Alma. Esa misma Luz que debe ser guía en todos los actos del hombre iniciado, de manera que sus acciones se encaminen siempre alejado de la oscuridad, es decir de la falsedad y de la ignorancia, tanto en sus pensamientos como en sus acciones   

En resumen, la Luz es sinónimo del sendero del conocimiento que coadyuva al hermano masón en su trabajo individual del tallado de la piedra bruta y es elemento esencial en el combate al fanatismo y la superstición…

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