Trazado de Isidro Toro Pampols .·.
La masonería es poseedora de una larga tradición sustentada por muchos episodios históricos que la distinguen como una cadena fraternal en el tiempo y el espacio.
Para principios del siglo XIX trabajaban dos grandes logias en Inglaterra que se autodiferenciaban como Antiguos, unos y modernos, los otros.
Veamos un poco de esta interesante historia.
La Primera Gran Logia se constituyó el 24 de junio de 1717, cuando cuatro logias de Londres se reunieron en la taberna Goose and Gridiron, GANSO Y LA PARRILA en castellano, y formaron la que denominaron Gran Logia de Londres y Westminster.
En 1723, se publicaron las Constituciones de Anderson, que incluían sus reglas de organización y principios.
En 1751, un grupo de francmasones formó otra Gran Logia, se llamaron la Gran Logia de Masones Libres y Aceptados de Inglaterra, argumentando que la Gran Logia creada en Londres había introducido innovaciones y se había apartado de los antiguos linderos de la masonería, mientras que ellos trabajaban de acuerdo con las antiguas reglas dadas por el Príncipe Eduardo en York en el año 926 d. C.
Por este motivo, terminará siendo, informalmente, denominada como la Gran Logia de los antiguos, en contraposición a la Primera Gran Logia que, paradójicamente, será conocida como la de los modernos.
Investigadores de la historia de la masonería han llegado a la conclusión sobre los miembros de la segunda Gran Logia se habrían constituidos por ninguna causa referida a los usos tradicionales.
Cierto que había algunas diferencias rituales entre una y otra tradición, pero estas no vendrían de ninguna "innovación" de la Gran Logia de Londres, sino que se deberían a la diferente manera en que, tanto en Irlanda como en Inglaterra, se llevaría a cabo la adopción y reorganización del patrimonio ritual de la vieja masonería escocesa.
Hoy, hay más de un centenar de ritos que en nada dividen a la masonería.
Según Henry Sadler, en su libro Hechos y ficciones masónicas (1887), señala que, en realidad, los "antiguos" eran, sobre todo, inmigrantes irlandeses en Londres quienes no se sentían cómodo en las logias inglesas, y decidieron constituir su propia organización.
En 1809, las dos Grandes Logias iniciaron negociaciones para llegar a una unión equitativa, que se produjo el 27 de diciembre de 1813 de la mano de sus respectivos Grandes Maestros, los duques de Sussex y de Kent, ambos hijos del rey Jorge III.
El mecanismo que acordaron fue el siguiente
Cada uno de los Grandes Maestros debía designar a nueve Maestros Masones para que se reuniesen en algún punto conveniente.
Cada grupo, habiendo establecido una logia justa y perfecta en departamento separado, debían aceptar y desempeñar mutua y recíprocamente las obligaciones de ambas Fraternidades;
Y siendo de esta manera debidamente enaltecidas en igual forma, se considerarían con amplios poderes para dirigir y establecer una Logia, bajo el Poder o Dispensación que se les confiare, y que tendría por título “La Logia de Reconciliación”.
El deber de esta Logia era el de visitar a las diferentes Logias bajo la obediencia de las dos Grandes Logias, confiar a los oficiales y miembros las mismas formas de iniciación, obligación, etc., en ambas para que la uniformidad de los trabajos pudiera establecerse.
La Logia de Reconciliación fue constituida el 27 de diciembre de 1813, fecha en que la unión fue perfeccionada.Esta Logia era únicamente temporal y los deberes para los que había sido organizada una vez ejecutados, cesaron de existir por su propia limitación.La nueva organización se denominó Gran Logia Unida de Inglaterra y es la que pervive en la actualidad.
El duque de Sussex fue su primer Gran Maestro.
Hoy, en algunos grandes orientes existen ciertas discrepancias, los que deberían tomar este ejemplo de la historia de la Orden y aplicarlo con el fin de fortalecer la gran cadena fraternal de la masonería universal.
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