Es el Aspirante que inicia las pruebas el día de su recepción como Aprendiz Masón. Una vez que el Aspirante sale de la Cámara o Cuarto de Reflexiones, pobre, ciego y mudo, pero atraído de manera irresistible por la Gran Luz, se presenta a la puerta del Templo, donde es recibido después de cumplido el proceso inicial y reflexionado sobre sus derechos entre los hombres, para con sus iguales, y para con Dios, y continúa siendo Recipiendario, hasta el momento del Juramento, pues de allí en adelante es un Neófito.