Trazado de Isidro Toro Pampols .·.
La Liga Nacional Antimasónica y Antisemita fue una organización antimasónica y antisemita española fundada en 1912 por dirigentes católicos y monárquicos lideradas por el sevillano José Ignacio de Urbina.
Sus campañas recibieron el apoyo de veintidós obispos mediante cartas publicadas en el periódico de la Liga El Previsor, dirigido por el propio Urbina entre mayo de 1912 y febrero de 1918.
Tras hacerse del control de la revista sobre temas económicos El Previsor, utilizan sus páginas para ofrecer información financiera y realizar su campaña de "denuncia" de la conspiración judeomasónica, la que hundiría definitivamente a España.
El principal apoyo lo recibió de veintidós obispos católicos mediante cartas publicadas en El Previsor.
El obispo de Almería, por ejemplo, decía en la suya: «parece que todo está preparado para la batalla decisiva que ha de librarse entre los hijos de la luz y los hijos de las tinieblas, entre el catolicismo y el judaísmo, entre Cristo y Belial».
Belial es un demonio que, desde la Edad Media, ha sido considerado como príncipe de los infiernos.
En el judaísmo los hombres impíos son considerados los «hijos de Belial».
La revista publicó muchos artículos dirigidos expresamente contra cualquier manifestación cultural que describa temas sobre historia, literatura o cultura hebrea en general, la que relacionan con la masonería.
Se difunde los llamados libelos de sangre o calumnias de la sangre, que son alegatos antisemitas por los que se acusa falsamente a los judíos de asesinar a niños cristianos u otros gentiles, para utilizar su sangre en la realización de rituales religiosos.
Por supuesto no falta el complot judeo-masónico que quería destruir el catolicismo, además se afirmaba que la masonería era un instrumento de los judíos para destruir el cristianismo y establecer "el imperio mundial judío".
Estos escritos, citando fuentes extranjeras para darle credibilidad, se publicaban en una sección identificada con el sugestivo nombre de "Nuestro enemigo".
Además, en la revista se pide que la gente sólo contrate o compre a empresas católicas, libres de influencia masónica o judía.
Uno de los eslóganes dice: «No os fiéis del comerciante o industrial que niegue su adhesión a la LIGA ANTIMASÓNICA Y ANTISEMITA…».
Liga Nacional Antimasónica y Antisemita fue solamente una expresión de las muchas que, en la España a lo largo de los siglos XVIII, XIX y XX, e incluso no dejan de hacerse presente en nuestro tiempo, actúan bajo el amparo de los sectores antiliberales del más rancio catolicismo español.
Es cuanto
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