lunes, 9 de septiembre de 2024

Ablución

 


Ablución es el acto de purificarse por agua. Para la Masonería es parte de la ceremonia de Iniciación mediante la cual al aspirante se le somete, para purificarle su cuerpo simbolizando, además, que la virtud debe purificar su alma. 

Para Albert Gallatin Mackey la ablución “es una purificación ceremoniosa por medio del lavatorio, muy acostumbrada en los Misterios Antiguos y en tiempos de la dispensación Mosaica.”

La ablución durante la ceremonia de Iniciación se realiza en el Mar de Bronce, cuyo origen lo encontramos en el Templo de Salomón.

En el Simbolismo Francmasónico, R. W. Mackey nos presenta la siguiente explicación: “El lavatorio de manos es el signo externo de la purificación interna. Por eso dice el Salmista: Lavaré mis manos en inocencia y daré vueltas a tu altar, ¡Oh Jehová¡ En los antiguos Misterios el lavatorio de manos precedía a la ceremonia iniciática y servía para indicar simbólicamente que era necesario estar puro de todo crimen antes de ser admitido a los ritos sagrados. Por ejemplo, en el templo de la Isla de Creta se leía la siguiente inscripción: Límpiate los pies, lávate las manos y, después, entra.  No cabe duda de que el lavatorio de manos, como símbolo de pureza, era un rito característico de los antiguos. Nadie osaba orar a los dioses antes de lavarse las manos”.     

Aldo Lavagnini en el Manual del Aprendiz,  escribe lo siguiente: “La purificación por el agua, con la que se termina el segundo viaje, es esencialmente una purificación de la imaginación y de la mente de sus errores y de sus defectos, constituyendo una fase importante de aquella Gran Obra de redención y regeneración individual que la iniciación masónica nos muestra con su particular simbolismo”.

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