El Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, España, es todo un archivo, con más de 7 kilómetros de documentos, objetos y otros fondos provenientes de los Servicios Documentales de la Presidencia del Gobierno y del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo de época franquista.
Es un centro que guarda todo un tesoro de fondos documentales y bibliográficos, fichas de masones, como la del presidente de la II República Manuel Azaña reconocido masón apodado Plutarco, y objetos incautados por el franquismo a la masonería a partir de 1936.
A este respecto, hay que recordar que Francisco Franco tuvo su cuartel general en el Palacio Episcopal de Salamanca entre 1936 y 1937,
El 1 de marzo de 1940, Franco firmaba una ley en la que se establecía una nueva jurisdicción cuyo propósito era castigar a “los partidarios de ideas disolventes contra la Religión, la Patria y sus instituciones fundamentales y contra la armonía social”.
Y para ello se definía, en primer lugar, a los masones como aquellos que hubiesen ingresado en la Masonería, que no se hubiese dado de baja o que no hubiesen roto explícitamente su relación con ella, y, en segundo lugar, como comunista a los inductores, dirigentes y activos colaboradores de la tarea o propaganda soviética, trotskista, anarquista o similares.
Según la Ley de 1 de marzo de 1940, en España se consideraba delito el pertenecer a la masonería, al comunismo y a sociedades secretas.
Tras la política conmemorativa de los XXV Años de Paz tras la Guerra Civil, la dictadura disolvió la jurisdicción de Represión de Masonería y Comunismo a la par que creaba la de Orden Público.
Este grupo de objetos y fondos bibliográficos incautados constituye uno de los pilares básicos, junto con la jurisdicción de responsabilidades políticas y la militar, del andamiaje represor de la dictadura franquista inmediatamente posterior a la finalización de la guerra civil española.
El núcleo básico de la documentación lo conforman fundamentalmente los más de sesenta y cuatro mil expedientes judiciales que tramitó el tribunal durante sus 23 años de existencia para encausar y castigar a los opositores al régimen dictatorial, bajo el amparo de la ley 'ad hoc' y ajena al Código Penal vigente hasta ese momento.
La Logia del desprestigio
La exposición permanente sobre la Masonería muestra más de un centenar de piezas extraídas del fondo documental, bibliográfico e iconográfico masónico conservado en el Centro. Los fondos presentes en el Centro de Recuperación de la Memoria Histórica de Salamanca son los más completos que existen sobre la masonería en España: documentos, libros y folletos, carteles y láminas, fotografías, joyas y medallas, espadas y malletes, bandas, mandiles y collarines, sellos e improntas, carteles y láminas, retratos, mapas... todos los objetos relacionados con los masones fueron incautados durante la guerra, de 1936 a 1939.
El centro acoge la sorpresa final, la recreación de una logia masónica. Fue creada durante el régimen franquista para ridiculizar y desprestigiar la masonería. Los muebles son los originales incautados de una logia de la ciudad de Gijón.
La muestra se completa con un conjunto de paneles en los que se explican algunos de los conceptos más básicos sobre la masonería y su historia, tanto a nivel general como en España, También se explica el significado de los documentos y objetos que se pueden observar en las vitrinas.
En 1937, en plena Guerra Civil, en el seno del bando nacional falangista, se creó la Delegación Nacional de Asuntos Especiales. Su principal objetivo era llevar a cabo la incautación de los documentos, objetos y enseres de organizaciones masónicas y otras corrientes como librepensadores, protestantes o rotarios. Todo lo incautado se trajo a Salamanca.
Este organismo y la Delegación del Estado para la Recuperación de Documentos quedaron bajo la dependencia de una misma persona, Marcelino de Ulibarri, el primer director del archivo de la Guerra Civil fue conocido por su gran carácter represivo contra la masonería.
Lo incautado a las logias masónicas pasó a formar parte de la llamada Sección Especial. A la documentación masónica se le dedicó una atención importante fruto de la aversión que el franquismo tenía contra los masones. Dicha documentación se empleó para identificar a sus miembros y descubrir sus actividades. Por ese motivo, el Centro Documental de la Memoria Histórica cuenta con documentos sobre la masonería que abarcan casi todo el territorio español.
En 1944, Ulibarri quiso poner en marcha un museo antimasónico, en el que la recreación de una logia masónica sería su pieza estrella. Ese museo tenía por objeto denigrar y ridiculizar a los masones. Pese a que la recreación fue preparada con los objetos y muebles incautados, el museo nunca se llegó a abrir al público. La recreación sólo se ha empezado a mostrar a los visitantes a partir de la apertura de la exposición permanente, en 1999.
Se debe tener muy presente que sólo es una recreación, un escenario. Aquí nunca se ha celebrado una tenida o reunión masónica. Existen algunos elementos imitadores que no se corresponden con los ritos y costumbres de una verdadera logia. Es el caso de los muñecos con capuchas y la calavera con los ojos brillantes. Los objetos están expuestos de una manera desordenada, y su disposición no se corresponde con ningún ritual masón, sino que aparecen mezclados objetos pertenecientes a ritos diferentes, asunto que deja muy claro y definido el director, Manuel Melgar Camarzana.
Esta recreación se puede considerar como un documento en tres dimensiones que transmite, mejor que muchas explicaciones, la persecución y represión sufridas por los masones. Por tanto, debe ser considerada como un elemento esencial para la conservación de la memoria histórica de la masonería explica Manuel Melgar.
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