William Preston, (1742 – 1818), masón, autor de trabajos sobre el ritualismo, expone que “el cincel demuestra las ventajas de la disciplina y la educación. La inteligencia del mismo modo que el diamante en su estado original no está pulido; pero los efectos del cincel sobre su capa externa pronto se presentan a la vista mostrando las hermosuras latentes del diamante, del mismo modo la educación descubre las virtudes latentes, las que atrae y dispone en arreglo en el extenso campo de la materia y el espacio, para ensanchar la cima del conocimiento humano, nuestro deber a Dios y a los hombres”.
Aldo Lavagnini, en el Secreto Masónico, nos recuerda que dirigiendo su corte en el preciso lugar en donde quiere que la fuerza bruta del mazo produzca un trabajo útil, es emblemático de la determinación de la Inteligencia que guía y dirige, oportunamente la fuerza de la Voluntad, produciendo un resultado adecuado al corte del discernimiento y a la penetración mental que se ha aplicado sobre el objeto de los esfuerzos.
El Cincel, es el instrumento representativo de la Razón, de la Inteligencia y de la Voluntad que, mediante golpes del Mazo, que simboliza el Esfuerzo, la Constancia y la Tolerancia, y también la Autoridad, es capaz de convertir la Piedra Bruta de nuestra Conciencia, de nuestro desviado carácter y de nuestra ignorancia, en una bella y extraordinaria obra de arte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario