El Templo Masónico, está iluminado, según, Juan Carlos Daza, “por dos tipos de estrellas: las que corresponden al mundo de los arquetipos y las que representan el mundo material; en el grado de Aprendiz, las primeras corresponden a los pilares de la Sabiduría, de la Fuerza y de la Belleza, y las segundas son las que están en los sitiales del Venerable Maestro y de los dos Vigilantes, correspondiendo a su manifestación”.
Este mismo autor nos plantea algo muy interesante en cuanto al simbolismo de la vela o del cirio, que como antes señalamos constituyen las estrellas en la Orden Francmasónica y en tal sentido expresa: “El simbolismo de la vela (o cirio), por estar hecha de cera, adquiere también parte del simbolismo de la abeja: trabajo, justicia, actividad y esperanza. Su simbolismo por otra parte enlaza con el ternario, pues según la tradición cristiana, la cera representa al Padre, la mecha al Hijo y la llama al Espíritu Santo, o cuerpo, alma y espíritu (imagen de la sublimación espiritual).
En los templos masónicos, la luz que debe utilizarse desde el punto de vista ritualístico es el producido por la llama de las velas o cirios, por ser estas más vivificantes, además de constituirse en fuego sagrado. Estas Estrellas deberán estar encendidas y colocadas en las mesas de las Dignidades y Oficiales, antes de comenzar los trabajos en el Templo, siendo esta una responsabilidad de los Maestros de Ceremonias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario