viernes, 17 de octubre de 2025

Turno del Orador: Con motivo del Cuarto Aniversario de la R∴L∴ Nueva Jerusalén N° 58

 Logia Nueva Jerusalén Nro. 58 - Sosúa

 Trazado presentado por el Q∴ H∴ Alejandro Rodríguez  con motivo del Cuarto Aniversario de la RL Nueva Jerusalén Nº 58.

Venerable Maestro,
Dignos Oficiales,
Queridos Hermanos todos en sus grados y calidades:

Hoy nos congregamos en este Templo para celebrar un acontecimiento que trasciende el simple paso del tiempo. Han transcurrido cuatro años desde que un grupo de hombres libres y de buenas costumbres, movidos por el anhelo de trabajar en la construcción de sí mismos y de la humanidad, colocaron la primera piedra de esta Respetable Logia Nueva Jerusalén.
Cuatro años pueden parecer un breve tramo en la larga senda de la historia, pero en la vida de una logia representan un periodo de consolidación, aprendizaje y madurez. Son los primeros peldaños de una escalera que, con esfuerzo y constancia, nos eleva hacia la Luz.
El número cuatro, que hoy nos convoca, posee una profunda significación simbólica. Representa la estabilidad, la firmeza y el equilibrio. Es la figura del cuadrado perfecto, sobre el cual descansa toda construcción sólida. Así también nuestra logia, durante estos cuatro años, ha procurado asentarse sobre las columnas de la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza, para sostener un edificio moral digno del nombre que lleva.

El cuatro también evoca los puntos cardinales, los elementos y las estaciones del año. Es símbolo de totalidad, de armonía en movimiento. Nos recuerda que la masonería no se limita a las paredes del templo, sino que debe proyectarse hacia los cuatro rincones del mundo, irradiando los valores que cultivamos en nuestros trabajos: la verdad, la fraternidad, la justicia y el amor al prójimo.

Queridos Hermanos,
Cada aniversario es un llamado a la gratitud y a la reflexión. Gratitud hacia el Gran Arquitecto del Universo por habernos permitido recorrer juntos este camino; gratitud hacia los fundadores, cuya visión y perseverancia encendieron la primera llama; gratitud hacia cada hermano que, con su presencia y labor silenciosa, ha contribuido a mantener vivo este taller.

Pero también es momento de reflexión. Porque el tiempo no solo acumula años: también nos interroga.
¿Hemos crecido como hombres y masones?
¿Hemos fortalecido la fraternidad que nos une?
¿Seguimos obrando con la pureza de intención que nos llevó a golpear las puertas del templo?

La verdadera conmemoración no está en los discursos ni en los números, sino en el compromiso renovado de seguir trabajando la piedra bruta, de ser mejores cada día, y de tender la mano fraterna al hermano que lo necesite.

Recordemos que la Nueva Jerusalén no es solo un nombre simbólico, sino un ideal. Representa la ciudad espiritual, la morada de la Luz, la construcción interior de la humanidad regenerada. Cada vez que abrimos nuestros trabajos, cuando elevamos nuestras plegarias y cuando cerramos en armonía, estamos levantando, piedra a piedra, esa Jerusalén interna, invisible pero real.

Hermanos míos,
Que este cuarto aniversario nos inspire a continuar con humildad, pero con firme propósito. Que no nos falte nunca la constancia en el deber, la prudencia en la palabra y la pureza en la intención.

Sigamos edificando esta logia con el cemento de la fraternidad, porque solo el amor fraternal puede mantener unida una obra masónica. Que cada año venidero nos encuentre más sabios, más fuertes y más unidos en el propósito común de servir a la Luz y al progreso moral de la humanidad.

Venerable Maestro y Queridos Hermanos,
que el Gran Arquitecto del Universo bendiga este taller, ilumine nuestros corazones y guíe nuestras herramientas en la eterna construcción del Templo interior.

Así sea.


Q∴ H∴ Alejandro Rodríguez
Orador 

 

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