viernes, 3 de mayo de 2024

Antimasonería: Sinarquismo mexicano, una muestra de masofobia hispanoamericana

 Trazado de Isidro Toro Pampols .·.

 


El oscurantismo nunca cesa en su accionar por imponer un régimen donde impere el autoritarismo y la eliminación del libre pensamiento.

Esta tendencia encuentra en la francmasonería un muro de contención por ser esta una asociación que desarrolla sus actividades bajo el lema de libertad, igualdad y fraternidad, adelanta sus investigaciones sobre las columnas de la ciencia y la virtud, avanzando con la escuadra de la razón y el compás de la comprensión; por lo que la orden masónica pasa a ser un objetivo por destruir para estos sectores autoritarios.


Años antes de iniciarse la segunda guerra mundial, al ascender Adolfo Hitler al poder en Alemania, sus planes no se limitaban a la abrogación del Tratado de Versalles o a la modificación del estatus europeo, sino preconizaba un nuevo orden mundial bajo la dirección de la raza aria.

En sus proyectos de dominación mundial también estaba la conquista del continente americano.

Planificaron la llamada Operación Bolívar, que fue el nombre en clave que recibieron las operaciones de espionaje de la Alemania nazi en América Latina, así como promover grupos pro nazis en la región.

Ya desde 1934 Hitler empezó a concentrarse en México como la clave de su estrategia para Iberoamérica. Hitler creía que podía tomar la región, no con ejércitos invasores, sino más bien mediante la subversión.

En 1934 Hitler llamó al general Wilhelm von Faupel a la Cancillería en Berlín, y lo nombró jefe del Instituto Iberoamericano de Berlín con el propósito de influir en la opinión pública, arrebatar a los Estados Unidos la hegemonía sobre los países latinoamericanos y favorecer la formación de gobiernos amigos del Tercer Reich.

En ese marco histórico se organiza en México La Unión Nacional Sinarquista (UNS) que fue una agrupación política mexicana de extrema derecha, fundada el 23 de mayo de 1937 en la ciudad de León, en el estado de Guanajuato.

El movimiento se inspira en la Falange Española de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalistas y tiene sus orígenes en la reacción de la ultraderecha católica mexicana a las políticas tanto seculares  como progresistas adelantadas por el gobierno del masón Lázaro Cárdenas.

Esta organización política de corte nacionalista, católica, anticomunista, antimasónica y nacionalsindicalista, cuyo fin, al igual que los demás movimientos nacionalistas de la primera mitad del siglo XX, era defender a México tanto de la amenaza comunista como de la democracia liberal, ambos grandes enemigos a las que consideraban decadente.

Cárdenas estaba decidido a cumplir los objetivos de la Revolución Mexicana de 1910 y de la Constitución de 1917, que consistían en establecer a México como un Estado nacional soberano en control de sus propios recursos, incluido su petróleo, y en liberarse del dominio de la facción feudal de la Iglesia católica.

Así, durante su régimen continuó la batalla de ya casi 20 años contra las empresas petroleras extranjeras, basándose en el principio de la Constitución mexicana de que la riqueza del subsuelo mexicano les pertenece a los mexicanos.

Cárdenas también emprendió una reforma agraria. Expropió muchas propiedades feudales y haciendas, y repartió la tierra entre los campesinos desposeídos. También se abocó a brindarle educación pública al ciudadano pobre de México y especialmente al campesino.

Por estas políticas, a Cárdenas lo acusaron falsamente de ser comunista, y los fascistas anticomunistas empezaron a organizar en su contra.

Sorpresivamente en el campo de la oposición a Lazaro Cardenas actuaron como aliados comunistas y nazis.

Coincidian gracias al Tratado de no Agresión entre Alemania y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), de manera oficial, también conocido como Pacto Ribbentrop-Mólotov o Pacto germano-soviético, firmado en 1939, el cual se rompió a raíz de la invasión del ejercito de la Alemania nazi al territorio de la Unión soviética.

Recordemos que tanto en la rusia bolchevique como en la Alemania nazi estaba prohibida la masonería.

Tras la invasión alemana a Rusia, hubo una ruptura entre comunistas y nazi fascistas, los grupos sinarquistas se debilitaron y aunque no han desaparecido, no cuentan con la fuerza de otros tiempos.

Pero alerta, que siempre el oscurantismo se encuentra al acecho.

Foto fuente externa

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