La décimanona letra del alfabeto inglés y vigésima segunda del castellano; numéricamente, sesenta.
En hebreo, es la letra decimoquinta, Sámej, considerada como letra sagrada, porque “el sacro nombre de Dios es Sámej”.
Su símbolo es un pilar o columna, y un huevo fálico.
En la leyenda talmúdica, se dice que la Sámej refleja un milagro de los Diez Mandamientos.
Éxodo 32:15 registra que las tablas "estaban escritas por ambos lados". El Talmud de Jerusalén interpreta que esto significa que la inscripción atravesó todo el espesor de las tablillas. La piedra en las partes centrales de las letras ayin y teth debería haberse caído, ya que estas letras están cerradas en la escritura ktav ivri y no estarían conectadas al resto de la tablilla, pero milagrosamente permanecieron en su lugar.
El Talmud de Babilonia (tratado Shabat 104a) también cita la opinión de que estas letras cerradas incluían samej, atribuido a Rav Jisda quien era un talmudista judío que vivía en Kafri, Babilonia, y falleció el año 320 dC.
En geometría oculta, está representada como un círculo con dos diámetros en forma de cruz Å.
En la cábala las “divisiones del Gran-Eden o paraíso” se hallan distribuidas de un modo similar.
En sánscrito, es la letra cuadragésimo sexta y la tercera sibilante del alfabeto. Suena lo mismo que la s castellana, mientras que de las otras dos letras sibilantes, la primera, que en las transliteraciones se expresa generalmente con una s., s.h, sh, s, z o V, suena casi como la z sibilante de los andaluces o como la V francesa de macon, y la segunda, que se expresa con los signos sh o s (lo cual se presta a continuas confusiones), suena como la ch francesa de machine. –Véase el artículo: CH.
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