Algunos autores, estudiosos de la Francmasonería, manifiestan que aun cuando en uno de los antiguos LandMarks, (XXI) está claramente establecido que “un libro de la Ley, no debe faltar nunca en una Logia cuando trabaja”, no se refiere específicamente a que sea el Antiguo o el Nuevo Testamento, sin embargo, es conveniente entender que se trata del libro o volumen que, por la religión del país, debe contener la voluntad revelada del Gran Arquitecto Del Universo. En este sentido consideran que es el Antiguo Testamento, el volumen que contiene casi toda la enseñanza masónica, los procedimientos, los personajes, las palabras y muchos otros aspectos que la Masonería emplea en sus trabajos en logia.
A. Gallatin Mackey califica a la Biblia como “la Luz suprema de la Masonería, la que del centro de la Logia vierte sus rayos refulgentes hacia el Oriente y Occidente, así como para el Sur sus rayos de Verdad Divina. La Biblia se usa entre los Masones como el símbolo de la voluntad de Dios, o como quiera expresarse”
Andrés Cassard, en el Manual de Masonería, publicado por primera vez en el mes de junio de 1860, expresa que “la Biblia está considerada como la verdadera Luz de la Masonería, símbolo de la voluntad de Dios”.
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