Simbólicamente representa la ciencia, por cuya razón era la luz el objeto capital de todas las Iniciaciones desde la antigüedad más remota.
Albert Gallatin Mackey señala en su Enciclopedia de la Francmasonería: “en la lectura del Primer grado la Logia consta de tres luces inferiores simbólicas; una de estas se encuentra en el Este, una en el Oeste y otra en el Sur. Al Norte no hay luz, por cuanto el Templo de Salomón, del cual todas las Logias son su representación, se colocaba tan al Norte de la eclíptica que el Sol y la Luna, al alcanzar su altura meridiana, no podían arrojar sus rayos en la parte septentrional. Por esta razón, en la Masonería es llamado el lugar de la oscuridad”.
Las Tres Luces que se encuentran al Sureste, al Noreste y al Suroeste del Ara, constituyen una extraordinaria representación del Honor, de la Virtud y de la Sabiduría y también reflejan la luz del Sol en el Naciente, Culminante y Poniente. Estas tres luces son encendidas por el 1° y 2° Maestros de Ceremonias, con la luz traída desde el Oriente o tomada de la lámpara votiva que se encuentra sobre el Ara en muchas logias, después del saludo y la Batería de Apertura de los Trabajos de la Logia.
Las Tres Grandes Luces de la Francmasonería son la Biblia, el Compás y la Escuadra, colocados en el Ara sobre un cojín triangular que representan, según Aldo Lavagnini, “la necesaria correlación, que debe verificarse en nuestra inteligencia, entre la dualidad occidental (o fenoménica) de las columnas y la Unidad Oriental de la verdadera Luz, por medio de la cual se realiza el ternario de la armonía y del perfecto equilibrio, sobre todos los extremos y las tendencias dualistas”... De igual manera expresa el mismo autor lo siguiente: “entre estas luces tiene su lugar más conveniente, el Libro Sagrado, símbolo de la Verdad que se encierra en tradición, cuando sepamos convenientemente interpretarla por medio de nuestras facultades inteligentes, que representan la Escuadra y el Compás, que sobreponemos a ese Libro, para poderlo realmente comprender y medir en todo su alcance”.
Las tres luces móviles son el Venerable maestro y los dos Vigilantes, que iluminan los trabajos pero que no siempre son los mismos, pues el cargo va pasando de maestro a maestro.
Se entiende por dar la Luz al acto de iniciar a un profano, así como recibir la Luz la Iniciación en la Orden.
Ver Recibir la Luz
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